Precalentar el horno a 150°.
Cortar las patatas en rodajas finas con una mandolina.
Mezclar la nata y la leche y llevar a ebullición. Sazonar al gusto y añadir la nuez moscada.
Untar la fuente de horno con el diente de ajo pelado.
Colocar las rodajas de patata en la fuente, cubrirlas con la mezcla de nata y leche y la mezcla de mozzarella y queso Cheddar-Maasdam.
Meter en el horno durante 1 hora y 45 minutos, sin dejar de vigilar.
El gratinado estará cocido cuando esté dorado y se pueda introducir un cuchillo sin resistencia.